XV
Distinguido Maestro: si volar hoy pudieras
en ese vuelo libre de un pájaro sediento;
te lanzarías ahora por valles y praderas
surcando con tu nave el fugitivo viento.
Pero tu dulce verbo, de talla prodigiosa,
se alzó sobre tu España dejando bella estela,
una estela tan blanca, tan fina, tan hermosa,
solamente fraguada porque él que ama, vuela.
Aquellas galerías donde el aire era un nudo,
clamores de naufragio tú solitario, mudo,
sin dejar que la sangre se derrame y afluya
Eras libre de alma viajero que se mueve,
aunque la brizna sople, donde el silencio llueve,
no tapiaron el verso, ni la palabra tuya.
en ese vuelo libre de un pájaro sediento;
te lanzarías ahora por valles y praderas
surcando con tu nave el fugitivo viento.
Pero tu dulce verbo, de talla prodigiosa,
se alzó sobre tu España dejando bella estela,
una estela tan blanca, tan fina, tan hermosa,
solamente fraguada porque él que ama, vuela.
Aquellas galerías donde el aire era un nudo,
clamores de naufragio tú solitario, mudo,
sin dejar que la sangre se derrame y afluya
Eras libre de alma viajero que se mueve,
aunque la brizna sople, donde el silencio llueve,
no tapiaron el verso, ni la palabra tuya.
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