XIV
Maestro Miguel: tratándose de amores;
de esos sonetos, silbos vulnerados,
que inmerso en el amor habéis creado
y llegan a mi pecho como flores.
Palabras como trozos de colores,
pasión, amor, dolor y lejanía,
recuerdan mi trivial melancolía
con la llaga sangrante y mis temores.
El tiempo va mermando poco a poco,
pero el amor es un síntoma tan loco
que suele cobijarse en lo profundo.
Hay que morir amando, cada instante,
para saber guardar el beso amante,
muy justo en los confines de este mundo.
Maestro Miguel: tratándose de amores;
de esos sonetos, silbos vulnerados,
que inmerso en el amor habéis creado
y llegan a mi pecho como flores.
Palabras como trozos de colores,
pasión, amor, dolor y lejanía,
recuerdan mi trivial melancolía
con la llaga sangrante y mis temores.
El tiempo va mermando poco a poco,
pero el amor es un síntoma tan loco
que suele cobijarse en lo profundo.
Hay que morir amando, cada instante,
para saber guardar el beso amante,
muy justo en los confines de este mundo.
(())
Por eso; cuando leo tus sonetos,
cuando repaso cada frase escrita,
mi alma en lo más hondo, llora, grita
y mis cantos por hilos van sujetos.
Es que he sufrido tanto, prisionera
o en la cárcel tal vez de unas pupilas,
por ese amor que llora sobre lilas
marchitas de mi ingenua primavera.
Es triste; bien lo sé, es un calvario,
que llevas en tu pecho cual sudario
con una fuerza rara, irresistible.
Pero a veces se impone la distancia,
amando en el dolor con la arrogancia
sin importar que fuese.... un imposible.
Por eso; cuando leo tus sonetos,
cuando repaso cada frase escrita,
mi alma en lo más hondo, llora, grita
y mis cantos por hilos van sujetos.
Es que he sufrido tanto, prisionera
o en la cárcel tal vez de unas pupilas,
por ese amor que llora sobre lilas
marchitas de mi ingenua primavera.
Es triste; bien lo sé, es un calvario,
que llevas en tu pecho cual sudario
con una fuerza rara, irresistible.
Pero a veces se impone la distancia,
amando en el dolor con la arrogancia
sin importar que fuese.... un imposible.
Osado Miguel:
Has llegado hasta el fondo, con tu amor prolongado,
ese amor invencible, ese amor que se espera,
de una manera clara, como el surco al arado,
porque fue concebido de una forma certera.
Que canción más exacta para tu fiel esposa;
cuanta elegancia en versos, merecidos antojos,
palabras de cristales revestidas de prosa.
esa mujer de torres, de luces y altos ojos.
Tú eras ese soldado, asiduo y delicado,
que el amor es tu carne y es tu mejor sustento,
si vas cara a la muerte o por balas cercado,
ibas besando su alma de momento, en momento.
Defendiendo su vientre por el fruto anhelado,
para quien quiere paz y así la espera,
conociendo la vida tan triste de un soldado,
una lucha de sombras, entre muerte y trinchera.
Pero cantas al hijo amado y a la esposa,
y te gastas pensando ¿a donde irán tus huesos?,
aunque el tiempo ha pasado y tu alma reposa,
los tres naufragan juntos por el mar de tus besos.
)(
ese amor invencible, ese amor que se espera,
de una manera clara, como el surco al arado,
porque fue concebido de una forma certera.
Que canción más exacta para tu fiel esposa;
cuanta elegancia en versos, merecidos antojos,
palabras de cristales revestidas de prosa.
esa mujer de torres, de luces y altos ojos.
Tú eras ese soldado, asiduo y delicado,
que el amor es tu carne y es tu mejor sustento,
si vas cara a la muerte o por balas cercado,
ibas besando su alma de momento, en momento.
Defendiendo su vientre por el fruto anhelado,
para quien quiere paz y así la espera,
conociendo la vida tan triste de un soldado,
una lucha de sombras, entre muerte y trinchera.
Pero cantas al hijo amado y a la esposa,
y te gastas pensando ¿a donde irán tus huesos?,
aunque el tiempo ha pasado y tu alma reposa,
los tres naufragan juntos por el mar de tus besos.
)(
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